VACACIONES EN EL RADAL 7 TAZAS

Hace 10 años mas o menos que no visitaba este lugar de la VII, y realmente no me acordaba mucho de lo que ahí había vivido, es por esto que viaje a esta localidad cordillerana éste verano. A principios de febrero decidimos ir con mi polola, unos ex-compañeros de la universidad y unos amigos brasileños que conocí hace unos años. Nos juntamos en la Terminal de buses de Talca para tomar un bus hacia la ciudad de Molina y de ahí abordar un bus hacia la precordillera. Todo marchaba bien hasta que decidimos buscar un lugar donde acampar sin pagar. Bueno como dicen por ahí, que no hay experiencia que no te deje alguna enseñanza, a nosotros esta experiencia nos dejaría una muy contundente. Tuvimos la genial idea de preguntarle al auxiliar del bus donde podíamos encontrar un lugar donde acampar sin que nos cobraran, nos dijo que nos bajáramos en el Radal y que al lado del puente había algo donde acampar y que además Siete Tazas estaban muy cerca. Para empezar el lugar que nos indico era un basural en donde había hasta pañales, después de comer y beber algo decidimos caminar hacia un lugar menos contaminado, así que emprendimos nuestra travesía hacia las Siete Tazas. Yo y mi amigo Roa andábamos con las mochilas súper pesadas, ya eran como las 12ºº o 13ºº de la tarde cuando iniciamos la caminata. Caminamos como dos horas a todo sol para llegar al Velo de la Novia. Como pueden ver llegamos exhaustos.



Bueno luego de descansar y tomarnos unas fotos en este lugar, reiniciamos nuestra travesía hacia las Siete Tazas, si total ya habíamos caminado un buen trecho, lo que no sabíamos y que de alguna manera yo intuía, es que para llegar a las Siete Tazas tendríamos que sufrir otras dos horas más. Bueno una imagen vale por mil palabras… como se puede ver en la foto siguiente estábamos muertos sobre todo yo y el Rodrigo que tuvo que cargar la mochila de su polola (la Maca) unos cuantas cuestas. Bueno mi polola (la Day) realmente me sorprendio ya que soporto muy bien el trayecto.

Luego de esto tomamos un bus que nos llevara al Paque Ingles, que realmente no se por qué le pusieron este nombre, yo me imaginaba un lugar en el cual encontraría mucha naturaleza y paisajes abiertos, pero no. La desilusión fue grande al ver que todo estaba alambrado, cerrado, reducido. Uno cuando va algún sitio como este, espera encontrar lugares en donde poder caminar y disfrutar del contacto con la natura, cosa que no encontramos en el Parque Ingles.


Después de todos los sufrimientos y decepciones, empezamos a disfrutar de este lugar de la VII región. En la foto de arriba estoy yo en el puente sobre el río Claro, el cual es de aguas transparentes con tonos turquesa muy impresionante y hermoso. Lo primero que se me vino a la mente, al ver esta parte del río, fue en que éste es el mismo río que pasa por Talca y realmente es una pena ver en lo que se convierte en su viaje hacia el valle.


Creo que el tiempo que estuvimos en este lugar no fue suficiente para conocerlo a profundidad, y a pesar de todo lo pasado es un lugar muy impresionante, sobre todo al ver como el río a talado la roca durante siglos, lo cual ha encajonado el río de tal forma que los barrancos que se han formado son realmente maravillosos y sobrecogedores. En la fotografía que sigue se encuentra la Day y en el fondo el salto de la Leona.



En la fotografía que sigue está mi amigo Roa (a la derecha de polera roja), este tipo es arriesgado es Superman (súper mandado).


Como todo tiene su final, nuestro fatigoso, a veces decepcionante, pero sobre todo hermoso viaje luego tres días llego a su fin. Que más decir, solo que si tienen la oportunidad de ir a este hermoso lugar vayan porque como dijo el filosofo Francis Bacón “Los viajes son en la juventud una parte de educación y, en la vejez, una parte de la experiencia.”
En esta última fotografía estamos en la Terminal de buses de Talca. De izquierda a derecha están: la Maca (polola de R. Roa), nuestro amigo brasileño Misael, su esposa chilena, Lukas (primo de Misael), Rodrigo Roa, mi polola Dayana Sepúlveda y yo que soy el que saco la fotografía Cristián Cofré.