TALCA: IDENTIDAD CULTURAL EN DEMOLICIÓN

Es penoso pasear por Talca y no percatarse de los cambios que está sufriendo el casco histórico de la ciudad. Se ha hecho algo cotidiano pasar por alguna calle del centro y encontrar algún espacio vacío, es en estas ocasiones en que uno trata de hacer su mejor esfuerzo para recordar lo que antaño ocupaba ese lugar. Sin ir más lejos, ya nadie debe recordar que frente al museo Ohigginiano se erguía el edificio centenario del diario La Mañana, lugar que hoy ocupa el edificio corporativo de un banco.

Realmente la fragilidad de nuestra memoria nos condena a olvidar todo tipo de cosas, desde el nombre de ese “super” amigo de secundaria hasta el de esa polola que tanto amamos en el pasado. Lo complicado de esto, es que nuestra identidad cultural e histórica (si es que queda algo de ella) se esta convirtiendo en polvo. Para las personas que viven y han nacido acá, Talca es parte de su identidad como personas, es el domicilio al que tienen que volver cada vez que viajan dentro o fuera del país. Como dice Humberto Giannini en su libro “La reflexión cotidiana”, el domicilio es el espacio simbólico y psíquico, es mi entorno más propio, es el refugio que me permite recargar fuerzas y prepararme para un nuevo siclo de acción. En este sentido al volver a la ciudad que nos ha acogido durante gran parte de nuestra vida, estoy de regreso a mi ala realidad más propia.



Es incomprensible pensar que construcciones centenarias como la casa colorada que está a metros de la plaza de armas, esté a punto de desaparecer y con ello una parte de los habitantes de esta ciudad.


Como también la casa de los Cuadrado ubicada en Tres Oriente con Uno Norte, y que tiene más de 170 años, esté también en la lista de demoliciones patrimoniales.


La verdad es que a Talca le veo muy poco pasado(es una paradoja debería decir futuro) , en muy poco tiempo será una ciudad de paso sin ningún atractivo arquitectónico, mas que espacios para aparcar automóviles y edificios nuevos que dan una perdida identidad a una ciudad que solo le queda cambiar de nombre para desaparecer.